La primera vez que hablé con mi guía
- LorenaMercuria
- 25 jun
- 1 Min. de lectura

Aún recuerdo la primera vez que canalicé. Recuerdo todo lo que me dijo, recuerdo todo lo que sentí en mi cuerpo, cómo era mi respiración. Recuerdo mi estado de sorpresa, fascinación, desconcierto. No paraba de hacerle preguntas y preguntas. Las respuestas llegaban de forma tan inmediata y orgánica que parecían tan obvias como reveladoras. Fue como entrar en un universo de paz y entendimiento tan placentero…fue un acto amor, como lo es siempre que se canaliza.
Cuando canalizo a otras personas o a mí misma hay un aspecto decisivo para que ocurra que yo siento como una rendición. Es curioso que lo describa con esta palabra, pues rendirse tiene una connotación negativa en nuestra sociedad, pero en este caso es una llave. Es una rendición hacia todo lo que me rodea y hacia mi misma, es una rendición avalada en la confianza. Y esta confianza no puedo intelectualizarla más que diciendo que es gracias al sentir de un estado de amor absoluto.
Y eso es lo que siento cuando canalizo a otra persona. Es un estado de enamoramiento por su camino, su pasado, su experiencia, su vida, sus aprendizajes, sus sentimientos, etc. como si fueran los míos propios. Y desde ahí, todo fluye…
Si quieres saber más escucha la entrevista en TV Luz en el Mundo.
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